pedidos

Trabajé en un bar
un par de meses
en verano
por el dinero
y para llevar un diario
recolectaba especímenes
humanos

Parecía un barco de noche
el bar no cerraba nunca
la gente bajaba y subía en los puertos
los que iban al cine o salían
todos juntos
complicaban la cosa

Estaba la que daba vueltas
por la calle y venía a traerle
el dinero al hombre
que la esperaba y
dejaba la mesa cubierta
de bollos de servilletas

Otro que se quedaba todo el viaje
venía a dormir
con los brazos cruzados
yo me iba a las cinco
él seguía hasta que baldeaban
las veredas

La mujer que devoraba
los merengues del café
y me alcanzaba el platito
sonreía, quería más
el lavacopas se enojaba:
solo dos con cada pocillo
pagado, a lo sumo tres.

La mesa de los viejos
que vivían en pensiones cercanas
y nos sonreían con pocos dientes
les gustaba nuestro uniforme
a veces nos sentábamos con ellos
y nos sacamos una foto

Otra mesa, otro viejo
de mostachos blancos, vestido de negro,
hablaba con su amigo del teatro vecino
echaba la cabeza hacia atrás
(gesto de escritor reconocido)
todavía creía que podía ser novio
de alguien de diecinueve años
su casa estaba cerca, una vez lo seguí
para ver cómo viven los escritores
miré por la cerradura de su monoambiente
y sentí mucha pena, mucha pena

Tantos personajes
y las propinas
eran la mitad del sueldo
yo era lenta pero amable
solo una vez escupí
dentro de un whisky,
pero apenas
(uno que me trató mal
no me acuerdo por qué)
cuando me iba a la cama
repetía dormida
los pedidos
un café apenas cortado
whisky con hielo, nena
cerveza, café, tostado
dos lágrimas, un peso
te lo pedí apenas cortado

Era verano,
no había nadie en la ciudad
andaba como de vacaciones
podía cruzar por mitad de cuadra
la avenida en rojo
no estaban los abogados
ni sus autos
venía el nene
que vendía rosas
y vivía por villa domenico
charlaba, charlaba
también creía que podía ser novio
de alguien de diecinueve años
era con hielo
on the rocks, sin espuma
cobrate, pedile maníes
un tostado, billete de dos pesos
on the rocks, te dije, llevamelo afuera
no importa que llueva
todavía no había tanta gente
mirando la basura
sólo la de mac donald
y hacían cola en la pizzería
para llevarse las sobras
que repartían a cierta hora.

Ahora casi no escribo
sobre el presente
me gustaría saber
dónde puse
ese cuaderno.

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