el vecino de arriba fumaba
acodado en la ventana
se veía la lucecita roja
que se ponía más intensa
cuando se movía
no es importante
yo fantaseaba con que alguien
me viera desnuda
tenía ganas de sacarme la ropa
en lugares inadecuados
y el viejo de arriba que
fumaba largamente
callado
y estaba en la ventana
justo enfrente de donde
yo pasé en bombacha
y sin remera
se murió rápido
cáncer de pulmón
qué otra cosa
sentí alivio
y su hija cuarentona
al tiempo nos robó ropa
de la soga en la terraza
la vi con mi vestido rosa
un día que salía
le había cortado las mangas
y me sostuvo la puerta.
3 comentarios:
lo que voy a decirle es un asunto muy serio. uno no tiene formación académica, lee y hace que escribe nomás.
y cuando uno encuentra sonidos, aromas, fotos o como se llame de lugares conocidos donde habitan los semejantes, no deja de sorprenderse.
no dejo de sorprenderme.
la belleza de las imágenes.
las imágenes en palabras.
la fluidez del río.
el vaivén de las algas.
¡gracias por leer y por tus comentarios!
estoy escuchando tinta roja en tu página y estoy reblandecida.
no, de gracias nada. sucede que yo vengo, leo y como todo es tan perfecto me siento un rato, escucho los pajaritos y hablo en voz alta.
que no llegan a ser comentarios, qué se yo. pasa que viste como es... mi blog es tan oscuro, tan negro noche que cuando vengo acá y me encuentro todo blanco y lleno de sonidos como que me hace bien. ah... tinta roja, sí! celebro que le guste la radio.
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