chocolates


Cuando era chica, a los argentinos nos gobernaban unos hombres que se habían robado todos los chocolates del mundo. O al menos eso me explicó mi papá en mis visitas a la cárcel. Después tuve que irme a otro país, a Suiza, donde casualmente se fabrican unos chocolates muy ricos y desde donde yo planeaba el rescate de todos los defensores de golosinas encarcelados. Para salvar a mi papá ya era tarde, aunque yo me seguía extrañando ante el hecho de que nunca conocería lo que se siente al pronunciar la palabra "papá" todos los dias, con todos los tonos posibles y de un modo automático. Pero ahora que acepté que nunca voy a conocer su voz, me tranquiliza saber que mi padre anda cerca porque además de sus genes me queda algo de él, una certeza que me guía en los momentos difíciles y me hace distinguir lo importante de lo superficial, lo correcto de lo inmoral.

Volante entregado en el Club Paraguayo. San Telmo, 1998
Mi papá se llamaba Angel. Fue asesinado en la cárcel por la dictadura
que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983.

1 comentario:

mao dijo...

me encanto la foto con tu papa a un anio. es verdad que la sombra se ve despues! todo es conmovedor y emocionante.

Te hice un comentario sobre el barrio de coghlan en el otro texto. Otra de esas coincidencias que nos unen y vamos descubriendo de a poco....

Voy a empezar a importar chocolate para Rosario ;-)

tendria que poder escribir sobre mi papa tambien. aunque esta en mi corazon y pienso en el todos los dias